PRIMER CUADRO

martes, 23 de julio de 2013

Monsanto litiga contra un pequeño agricultor


La multinacional Monsanto tiene un litigio con Vernon Hugh Bowman, un pequeño agricultor de Indiana, por saltarse las patentes sobre sus semillas de soja. Lo llamativo del caso es cómo ha violado Bowman la patente: se ha limitado a guardar parte de la cosecha obtenida después de una primera cosecha de semillas transgénicas resistentes a un plaguicida, y la volvió a plantar. Lleva así nueve años, por lo que se está beneficiando de los mayores rendimientos de la planta diseñada por Monsanto sin pagarle los derechos correspondientes. El juicio está en el Tribunal Supremo.
El caso ha merecido que Nature lo recoja en su edición digital de hoy. Otros medios, como The New York Times también se han hecho eco. Precisamente en declaraciones a ese diario, Bowman ha dicho que con sus 300 acres (121,4 hectáreas) dedicadas a la soja, el maíz y el trigo, “no merece” ni llamarse un agricultor.
“El demandado en este caso (Bowman) obtuvo la soja modificada de un proveedor local, y durante nueve años la reprodujo violando la patente”, afirma la compañía —con la que este periódico ha intentado ponerse en contacto— en un comunicado. En EE UU los agricultores firman un contrato al comprar las semillas en el que se comprometen a no replantar la producción. Esta salvaguarda para sus intereses la introdujo Monsanto después de abandonar en 1999 la tecnología denominadaTerminator, que hacía que las semillas producidas (el grano en el caso de los cereales) fueran estériles.
“El sistema de patentes de EE UU ha desempeñado un papel crucial para incentivar la innovación y estimular el avance de muchas de las industrias vitales para nuestro país”, ha dicho en ese comunicado Daniel Snively, vicepresidente ejecutivo de Monsanto. “En este caso, el sistema ha permitido el descubrimiento y la expansión de una ciencia novedosa que ha revolucionado la agricultura, permitiendo a los agricultores producir más comida a la vez que ahorraban en recursos naturales”. “Lo que está en juego son algunas de las más innovadoras investigaciones del planeta, no solo en agricultura, sino también en estudios que van desde las medicinas a las ciencias medioambientales que se basan en un sistema de patentes para hacer su inversión en I+D viable económicamente”.
Lo que en el fondo está en juego es qué pasa con sistemas que pueden replicarse solos. Las semillas son un caso peculiar porque nadie piensa en ellas como algo artificial, pero este tipo de protección se utiliza en otras tecnologías, desde cultivos celulares para producir medicamentos o programas de software que pueden replicarse fácilmente. Por eso,The New York Times recoge que no solo el Departamento de Justicia ha emitido una nota apoyando a Monsanto, sino que grupos como BSA The Software Alliance, que representa a empresas como Apple y Microsoft, han dicho en un comunicado que un fallo contra Monsanto “podría facilitar la piratería de software a gran escala”. Ya que los programas son fácilmente replicables. También ha advertido que, por el contrario, una decisión muy rígida en el sentido contrario podría facilitar la abundancia de litigios por menudencias en la defensa de las patentes.
Apple y Microsoft han mostrado su apoyo a Monsanto
En cambio, grupos como el Center for Food Safety (Centro para la Seguridad Alimentaria) y Save Our Seeds (Salvemos Nuestras Semillas) han afirmado que el juicio pone de manifiesto el papel predominante de Monsanto y otras compañías biotecnológicas en el sector, que han llevado a un aumento de los precios. Según la primera de estas organizaciones, la multinacional ha emprendido más de 140 procesos por infringimiento de patentes que han involucrado a 410 granjeros y 56 explotaciones agrícolas, que le han reportado más de 23,67 millones de dólares (17,73 millones de euros).
El conflicto entre Bowman y la compañía es, por tanto, uno más, pero la compañía cree que debe mantenerlo para proteger sus intereses. El hombre afirma que en verdad él ha comprado todos los años semillas a Monsanto, y que solo replantó una pequeña parte para obtener una segunda cosecha. Como esta suele tener mucho menor rendimiento, no quiso pagar las semillas. La compañía le ha pedido más de 80.000 dólares (60.000 euros). “Estoy dispuesto a que me avasallen, pero no a que me arruinen”, ha dicho Bowman.
Fuentes de la compañía en España, después de insistir en que el caso se ha dado en EE UU, han remitido las siguientes explicaciones: "Seguimos confiando en nuestra posición legal, y pediremos al Tribunal Supremo que confirme la decisión del Circuito Federal, que reafirmó importantes derechos de propiedad intelectual con importancia para la industria de la biotecnología agrícola.  Monsanto invierte más de 4 millones de dólares diarios en investigación y desarrollo para beneficiar a agricultores y consumidores. Sin la protección de las patentes, esto no sería posible.  La vasta mayoría de los agricultores entienden y aprecian nuestras investigaciones y están dispuestos a pagar por nuestras invenciones y el valor que proveen. Ellos no piensan que sea justo que algunos agricultores no paguen.Un pequeño porcentaje de agricultores no honra este acuerdo. Monsanto es consciente, a través de nuestras propias acciones o de terceras partes, de que hay individuos sospechosos de violar nuestras patentes y acuerdos. Donde encontramos violaciones de patentes, somos capaces de alcanzar acuerdos sin necesidad de ir a juicio. En muchos casos, estos agricultores continúan siendo clientes. Algunas veces, ambas partes deciden que sea la corte quien decida sobre el asunto. Esta circunstancia es relativamente poco habitual, y hasta la fecha, solo nueve casos han pasado por un juicio completo. En cada una de estas instancias, el jurado decidió a nuestro favor".
Por último, destaca que "sin importar si el acuerdo se soluciona de manera inmediata, o a través de la vía legal, lo recaudado es donado a la comunidad, incluyendo becas para apoyar a la juventud".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Sample text

Sample Text

Sample Text